martes, 1 de agosto de 2017

Confesiones de un defensor particular

Les soy honesto, a mi me encanta tener la posibilidad de llevar casos de acosos, agresiones sexuales, estupro y similares.
No es por dinero, tampoco es ser sin vergüenza y querer trabajar en lo que muchos detestan, al final y al cabo muchos de los acusados de dichos tipos penales son crucificados y señalados por la sociedad desde el primer momento. Comentarios como "malditos deberían podrirse en la cárcel", "malditos deberían tener pena de muerte", "malditos deberían castrarlos", etc., son el pan de cada día.
Olvidamos muchas veces que las victimas no siempre son un dulce corderito el cual ha sido inhumanamente profanado... muchas veces el corderito tiene garras, tiene cuernos y de vez en cuando hasta un tridente... Aunque ustedes no lo crean muchas veces esos seres puros, inocentes y pacíficos tienen una sed de venganza, un deseo de provocar daño acusado y una mentalidad perversa que te hace preguntarte si estás viendo a un cordero o al mismo satanás. Aclaro, muchas veces las personas que si son un corderito puro e inocente dejan las cosas a medias por miedo a tener mayores problemas o incluso no llegan si quiera a acusar a sus agresores (lo cual está definitivamente mal).
Aunado a estos corderitos con tridente nos encontramos a una institución llamada Fiscalía que muchas veces no acusa por justicia sino por llegar a cierto número mágico que significa que ha realizado bien su trabajo... o al menos eso debe hacer creer al momento de presentar datos a la población y a ciertos gobiernos extranjeros que invierten o ayudan a "la seguridad y justicia" del país. El mismo combate al crimen se vuelve injusto al volverse una cacería de brujas que todo lo que busca es inflar las estadísticas. Nuevamente debo aclarar que no siempre es el caso, que muchas veces acusan a los malhechores y en esos momentos hay que pararse y aplaudirles, claro también hay que pararse pero sin aplaudirles cuando a los verdaderos culpables les dejan salir por co$a$ de la vida que $on inexplicable$.
Hay que recordar que dentro del área penal y en casi todo proceso judicial estamos sujetos a valoraciones morales, sean correctas o erróneas. Hay que decir que esta famosa acusación moral (proveniente siempre de personas de doble moral) es muy fuerte, no conozco persona que en el fondo no tenga a un juez reprimido., muchas veces un juez que hubiera sido excelente, ejemplar e idóneo... para los tiempos de la inquisición.
Al final y al cabo creo que soy esa persona que le gusta ayudar a los que la sociedad rechaza inmediatamente, sin darles una oportunidad de defenderse, a mi me encanta poder ayudarles en ello, en darles una oportunidad real de defenderse, después de todo, ya dentro del proceso aunque las valoraciones morales puedan influir lo más primordial son las valoraciones jurídicas.
Sé que esto ofenderá a muchas personas que de entrada piensan que si alguien es acusado es culpable... lamento decirle que mientras alguien no sea condenado al final de un proceso justo, en el cual haya tenido la oportunidad de defenderse, es y seguirá siendo inocente... Para algunos esto podrá ser o sonar, como diría cierta ex catedrática que tuve, leguleyo o si nos ponemos doctrinarios "Ius positivista", pero al final y al cabo, el naturalismo es tan extenso y superior que muchas veces se disfraza de positivismo... y si, lo estrictamente legal resulta ser justo. Al final si una persona inocente llega a ser condenada siendo inocente por culpa de un mal proceso, por culpa de un juez que lo que desea es tener un buen numero de condenas (por que al sistema eso le gusta) o por cualquier motivo, aunque legalmente sea culpable... siempre seguirá siendo inocente, pero para evitar que eso suceda es que los abogados defensores trabajamos.
Más importante aun que todo lo mencionado es que cada noche al ir a dormir no tengo ningún cargo de conciencia por defender a este tipo de personas, al contrario me siento satisfecho de ayudar a esa persona a la que los demás le dieron la espalda sin darle una sola oportunidad.
Soy de la opinión que los defensores particulares somos herramientas de Dios (nada que ver con la figura del abogado del diablo, bueno si, hay un par que son eso, no hay que negarlo) por medio de las cuales ayuda a defender al inocente... Motivo suficiente para amor y apasionarme por mi profesión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario